top of page
  • Foto del escritorIgnacio Pérez Alcázar

¿Una imagen vale más que cien palabras?

En el último año hemos visto como las herramientas visuales nos han ayudado en nuestro trabajo para establecer un marco común de discusión y una manera muy sencilla de prototipar ideas, que ayudan sin duda a la comunicación y al diálogo.

En este sentido hay una corriente llamada “Visual Thinking”, que se basa en el proceso cognitivo que resulta del procesado visual, usando la parte del cerebro que es emocional y creativa, ayudando de esta manera a organizar la información y pudiendo conseguir crear nuevas conexiones, que es parte de la base de la creatividad.

Hay muchas herramientas, unas más sencillas y otras más complejas, para prototipar las ideas, provocar el diálogo y que apoyan al pensamiento analítico. La más sencilla es un lápiz y un papel. Otras, ayudan a poner un marco de referencia, una guía para el pensamiento y el trabajo colaborativo.

Una de de las más conocidas en la actualidad es el archiconocido Canvas de Generación de Modelo de Negocio de A. Osterwalder, que ayudan a diseñar y prototipar modelos de negocio, aportando un marco visual de referencia para el grupo de trabajo.

Ejemplo de Generación de Modelos de Negocio

Ejemplo de Generación de Modelos de Negocio usando Canvas de A. Osterwalder


Por otro lado, existen momentos de la empresa donde el marco es un poco más ambiguo y los mapas mentales ayudan a organizar la tormenta de ideas, desde lo más genérico a lo más específico, relacionando las ideas en base a distintos conceptos, relevantes según el foco de la sesión de trabajo.

La última utilidad en la que hemos aplicado este “pensamiento visual” ha sido para la generación de los perfiles profesionales, para lo que tan sólo usamos un lápiz y un papel en nuestras sesiones de trabajo.

La definición correcta del perfil profesional es nuestra tarjeta de presentación como empresa o como profesional -incluso para introducir tu curriculum vitae.

El punto de partida fue un análisis de las competencias y habilidades que teníamos como profesionales, y las necesidades que un año atrás nos habían comentado distintas empresas, lo que se denominan en inglés, “insights” (que bien podría ser el resultado de un mapa de empatía de la empresa-cliente) -las necesidades-oportunidades son posteriormente la verbalización (hablada o escrita) de estos “insights”.

El proceso continua centrando el enunciado de la propuesta de valor, como profesional o como empresa, a través de la reflexión sobre las habilidades y competencias reales y las necesidades-oportunidades.

Posteriormente, detallamos la parte tangible de la propuesta de valor, respondiendo a las preguntas qué resultados-retorno obtiene quién me contrate, cómo lo hago o por qué invertiría alguien en mi propuesta de valor.

Así pues, se obtiene un prototipo, un diseño, que sirve de marco de trabajo para presentar, testar y continuar.



Entradas destacadas
Entradas recientes
bottom of page