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  • Foto del escritorIgnacio Pérez Alcázar

Comunicar a través de la fotografía

Contar una historia a través de la fotografía se ha convertido en el paradigma del marketing en las redes sociales. Sin embrago, la madurez de éstas, la cantidad desbordante de contenido que muestran y la atención que absorben los influencers, hacen que no valga cualquier contenido para los amantes del “do it yourself”.

Se ha hablado largo y tendido de la importancia del “storytelling”, es decir, la narración de una historia que ponga piel y huesos a un producto o servicio, para conectar y empatizar con el interlocutor. Además, cuando hablamos de narrar una historia, lo que primero nos viene a la cabeza es hacerlo a través de la palabra, ya sea hablada o escrita, pero también se realiza a través de imágenes y vídeo, cada vez con más frecuencia.


Las redes sociales, que son eminentemente visuales: mucha imagen y poco texto, nos dan la posibilidad de contar una historia con fotografías, pero juega un papel fundamental la capacidad de síntesis y condensación del narrador, llamémosle, narrador visual.

Hay muchas opciones para difundir nuestra historia visual a través de la fotografía: Facebook, Instagram, Twitter, LinkedIn, entre otras, cada una con sus características de usuarios, dimensiones y temporalización. Sin embargo, nos pararemos en un paso anterior: en cómo conseguir fotos que destaquen.


El narrador visual

Nuestro narrador visual, antes de pulsar el disparador de su cámara, debe pensar primero cuál es la finalidad de sus fotos, de la historia y ponerse en la piel del receptor de la misma. Tiene que decidir qué quiere transmitir y a quién.

Como en cualquier historia, el narrador visual debe pensar quiénes son los personajes -personas o cosas, y cuál es el contexto de la trama para elegir bien la ambientación: colores (o blanco y negro), fondos y primeros planos que ubiquen nuestra foto espacial y temporalmente, que enriquezcan el relato.

Además, si se quiere una historia que enganche, no debe quedarse en una sola instantánea, sino dar dinamismo a su historia visual a través de varias fotografías. Para ello, será necesario coger papel y lápiz y diseñar una escaleta o storyboard.

Al igual que un narrador conoce las normas de la escritura y la lectura, un narrador visual tiene que conocer cómo hacer una fotografía. Las reglas no son muy extensas pero las básicas son el encuadre, la orientación y la proporción, sin desdeñar otras importantes como la profundidad de campo y la iluminación. Recordemos que nuestra historia depende de la calidad de la foto.

La inspiración llega pero observar e investigar ayuda. Cuanto más observadores y curiosos seamos mejor, porque nos ayudará a detectar los detalles de la historia que queremos contar.

La foto del día de Fernando de Haro (COPE)

Un ejemplo de las fotos que cuentan historias se puede entender escuchando la descripción que el locutor de COPE, Fernando de Haro, hace de la foto del día.

El extracto siguiente se refiere a la foto del libro de la 'España oculta' de Cristina García Rodero, 'En las eras' (1988), tomada en la localidad zamorana de Escober. La imagen pertenece a la colección del Museo Reina Sofía.


De Haro la narra así: “… tiene un cielo oscuro, un cielo que anuncia tormenta sobre una tierra de campos, meseta plana y de oro, con encinas reinas y solitarias y algún timidísimo alcor que parece que le de miedo sobresalir en lo llano.

La foto está tomada en una era, después de que se haya trillado y aventado el trigo. Una mujer de negro, la madre, agita con brío un cedazo grande del que cae grano, un hombre con pantalones estrechos, chaqueta de trabajo y pelos aventados barre con una escoba de ramas la paja. Ya se fueron los mulos que tiraban del trillo, ya se apagaron las canciones que se entonaron con la aurora para el trabajo y la fiesta del final de la cosecha.


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