Tres falsas creencias sobre la comunicación
En los dos últimos años, por no irnos más atrás en el tiempo, hemos aprendido tanto de nuestros clientes como de aquellos que finalmente no lo fueron. Tanto de unos como de otros se aprenden buenas y malas prácticas relacionadas con la comunicación, y especialmente de los segundos, sobre falsas creencias y argumentos esgrimidos para rechazar incorporar acciones de comunicación en sus empresas, comercios o negocios.
De unos y de otros hemos ido identificando los principales retos a los que se enfrentan en su día a día; por ejemplo, una falsa percepción sobre su reputación, dar información sobre la empresa tanto dentro de la propia empresa como fuera quita tiempo de trabajar o confundir la comunicación con la publicidad son algunas prácticas y mitos que están al cabo de la calle.
Sin ánimo de ser excesivamente exhaustivo ni pretender escribir un discurso ejemplar, sí queremos poner en solfa alguno de estos puntos sobre los que tanto emprendedores como empresarios consolidados deberían reflexionar.
Excesiva confianza en el boca a boca
“A mí ya me conocen” y “lo mejor es el boca a boca” son dos frases lapidarias que cualquier profesional de la comunicación escucha como hirientes comentarios “de cuñado”. Es como si un fontanero escucha de su cuñado “tengo un amigo que eso te lo hace en dos patadas y más barato”.
Una excesiva confianza en el boca a boca tiene tres problemas fundamentales. El primero es que uno no controla lo que los demás haban de uno, y a no ser que otro cliente en un altruista ataque de honestidad te cuente lo que realmente pueden decir de ti, lo que ocurre es que al empresario o comerciante le dicen lo que quiere oir. El segundo problema es que impide expandir el negocio ya que limita éste a una pequeña zona o círculo de confianza. El tercero y más crítico es que hacen falta muchos buenos comentarios para que el boca a boca funcione, pero bastan un par de malos comentarios para hundir la reputación de tu empresa o negocio.
En este momento es necesario que incluya a facebook en este punto especialmente, ya que la popular red social se ha convertido en el terreno sin fronteras para dar opiniones. A diferencia del boca a boca tradicional, este nuevo boca a boca 2.0 aporta un grado de honestidad sin cortapisas que puede poner en verdaderos problemas la reputación de cualquier empresa.
Esto nos lleva indefectiblemente al siguiente punto que tiene que ver con la relación de la empresa o el comercio con la sociedad y el desarrollo del mercado.
Comunicar quita tiempo de trabajar
“Estoy muy ocupado”. ¿Te suena esta frase? Sí, ¿verdad? Parece que todos estamos muy ocupados para prestar atención al desarrollo del mercado. Comunicación también es esto. Es genial estar muy ocupado. Esto puede querer decir que el negocio va muy bien. Pero, a qué precio. Estar tan ocupado como para no prestar atención a la comunicación puede resultar tan dañino como estar muy ocupado para llevar las cuentas de la empresa al día. Una empresa o un comercio son pilares importantes de la sociedad y estar tan ocupado como para no prestarle atención es vivir de espaldas a ella. Seguro que no tarda en aparecer un competidor que entiende esto y desarrollará un mercado de forma más efectiva, de cara a la sociedad.
Por otra parte, muchas otras empresas dependen de los canales de distribución para hacer llegar sus productos a los clientes. Un adecuado plan de comuninación facilita el desarrollo del mercado por dos motivos fundamentales: ayuda a que los distribuidores te conozcan (los distribuidores buscan productos que vender que a ellos mismos les diferencie de otros en sus mercados) y facilita el trabajo de los distribuidores de cara a llegar a los clientes finales, a través de contenidos y mensajes adecuados. ¿Qué nivel de carga de trabajo justifica no prestar atención a la comunicación y seguir perdiendo clientes? He conocido empresas donde el propio generente es el responsable de comunicación.
Vuelve a aparecer facebook en este momento. “Pongo un comentario en mi fanpage y ya (he cumplido)”, otra de las frases lapidarias “de cuñado” que los profesionales de comunicación escuchan a diario.
Comunicación no es lo mismo que publicidad
Es la teoría del reduccionismo llevada al tereno de la comunicación. “Ya he puesto publicidad” o “yo no pongo publicidad” son las manidas frases esgrimidas por empresarios o comerciantes al hablar de comunicación. Sí, la publicidad forma parte de la comunicación, pero si pensamos por un momento que comunicación lleva inherente un mensaje o un contenido a un receptor, un profesional de la comunicación contribuye a la generación de contenidos, a la identificación de los canales adecuados, al desarrollo de informaciones y a la fidelización tanto de clientes como de proveedores.
De hecho, cada día cobran más importancias los actos sociales y los eventos como acciones comunicactivas porque proporcionan dos ventajas sustanciosas: la posibilidad de generar contenidos a la vez que se promociona la imagen de la empresa. Sin embargo, ante la posibilidad de dañar la imagen por participar en un evento “de cualquier manera”, un profesional de la comunicación proporciona esa experiencia en contenidos, protocolo y contención de la inversión.
Cómo dice un reciente “anuncio” de una conocida marca de grandes almacenes: ¿te fías de tu asesor o de tu cuñado? Recuerda que “tu cuñado tiene un colega que puede transformarte un PC en un MAC en una horita y por dos duros”.
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