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  • Foto del escritorIgnacio Pérez Alcázar

Juan Palomo y la búsqueda de la divulgación perfecta

Una cosa es cierta, cualquier empresario sabe que tiene que divulgar y dar a conocer su negocio y su producto o servicio. Lo sabe. Pero, ¿lo hace?

También es cierto que el auge de las redes sociales y su penetración en nuestras vidas ha hecho que muchos empresarios se conviertan en expertos en marketing y en comunicación, de contabilidad, de protocolo, de gestión de eventos, y de muchas cosas más. Vamos, que nos convertimos en Juan Palomo… Yo me lo guiso, yo me lo como.

Lo que pasa es que ser un maestro “one-man band” requiere de saber uno lo que se hace, de aprendizaje y entrenamiento, y no de hacer un curso de Facebook o de twitter, de armónica o tambor.
Mujer orquesta - one-man band

El marketing y la comunicación es como una orquesta en sí misma y no vale pretender que se ha nacido sabiendo. Como sabemos, niños prodigios los hay pero hay pocos. El resto de los mortales necesitamos aprender o pedir ayuda -cosa esta última que parece que nos cuesta, sobretodo cuando hay que pagar, y dado que parece que esto no va con el carácter español, y en tiempos de crisis esto es más un sálvese quien pueda, aquí os dejo unos  conceptos sencillos que os puede ayudar a la hora de gestionar vuestra comunicación empresarial.

 

La economía empresarial o el Marketing han bebido durante mucho tiempo de muchas disciplinas y ha creado “saco” de herramientas y conceptos para desarrollar nuestro negocio y nuestro mercado. Mucho de este trabajo tiene su origen en disciplinas como la sociología y la psicología, y también se puede aplicar para la comunicación empresarial (que muchos incluyen también dentro del capítulo de marketing -pero esta es otro debate).

Los estudios de mercado tienen su origen en los estudios etnográficos. La entrevista etnográfica más concretamente no ayuda a conocer sobre el comportamiento de las personas en contextos concretos, a entender los códigos de comportamiento humano, sin sesgos ni prejuicios. Sirve para evitar ese comentario que oigo día sí y día también: “eso a la gente no le va a gustar” o “eso no lo va a comprar nadie” o “eso le gusta a todo el mundo”. Porque ¿quién es la gente o quién es el mundo o quién es nadie? ¿Soy yo y la gente de mi alrededor, la gente culturalmente o contextualmente cercana a mí?

Pues bien, una entrevista etnográfica o un estudio de mercado bien realizado y planificado puede ayudar tanto a identificar nuestro segmento de mercado como a conocer qué contenidos y mensajes son más adecuados para ese (u otro) segmento. Incluso podemos llegar a darnos cuenta de que nos hemos equivocado de segmento y/o de propuesta de valor.

El efecto Halo se usa en marketing para crear productos o servicios atractivos a nuestros ojos para que nos parezcan mejores y más fiables. Es un efecto que viene a explicar los prejuicios que como humanos tenemos ante lo bonito y lo feo. A lo bonito le asociamos características positivas y a lo feo le adjudicamos características negativas.

Si os interesa el concepto, Edward Thorndike fue el primero que acuñó el término por allá por 1920. Decir que Thorndike era profesor de psicología y estudió cual era el efecto de este “prejuicio” y su correlación con cualidades de los oficiales del ejército.

Otro de estos conceptos de marketing es la familiaridad, que se definiría como la relación de conocimiento o intimidad que se tiene con alguien o con algo con lo que se trata con frecuencia.

Desde mi punto de vista, la literatura de economía empresarial -marketing, no trata demasiado bien este concepto. Después de explorar el efecto de la familiaridad, yo llego a la conclusión de que es un efecto que tiene su causa en la generación de ese trato con algo o con alguien con frecuencia, “cotidiana vitae”.

Una persona anciana que ha estado viviendo toda su vida en su casa, sabe perfectamente donde tiene cada cosa. Esta “familiaridad” con un entorno se usa en algunas residencias de mayores en las que se “replica” la habitación de estas personas para evitar un choque emocional por el cambio.

Podemos desarrollar nuestro mercado incipiente desarrollando precisamente esta familiaridad, es decir, generando ese trato frecuente con nuestra marca o producto: “cotidiana vilescunt”.

Keep Calm and Focus on familiarizing

Sé lo que estais pensando: “que eso lleva tiempo”. Obviamente. La familiaridad no se consigue de la noche a la mañana. Pero a través de un trabajado plan de comunicación se puede conseguir que en el medio plazo parezca que nuestro producto o servicio haya estado ahí toda la vida. ¿O no nos pasa eso ya con marcas de creación muy reciente?

Eso lo consigue un plan de comunicación bien trabajado, planificado y presupuestado. Sí, presupuestado. ¿O hay alguien todavía en la sala que después de invertir en desarrollar su producto, piensa que no tiene que invertir en comunicación y difusión?

 

Para acabar, os dejo una reflexión de un consultor de banca amigo mío:

“Lo puedes hacer tú, o lo puedes hacer bien y hacerlo conmigo”.
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